El lijado de superficies planas barnizadas es una operación habitual en la industria de la madera, los tableros y la...
}Para lograr un pulido perfecto no basta con disponer de los compuestos, accesorios y maquinaria necesaria. Conocer la técnica y seguir una serie de consejos y recomendaciones nos ayudará a lograr el acabado deseado.
El resultado final viene condicionado desde el principio, por los pasos de las etapas de iniciales de preparación, lijado, pulido y limpieza de las superficies. Tenerlos en cuenta nos ayudara a solucionar muchos problemas en la reparación y acabado de las superficies.
Como regla general, los consejos a seguir durante el proceso de pulido son los siguientes:
1. Recomendaciones previas para el pulido óptimo de superficies
Limpiar y eliminar cualquier resto de partículas o suciedad para evitar posibles arañazos.
Agitar bien los compuestos de pulido y abrillantado antes de ser utilizados.
2. Consejos para seguir durante el lijado y alisado de la superficie.
Encender y apagar la lijadora rotorbital directamente sobre la superficie de trabajo.
Mantener el plato de la lijadora plano y completamente apoyado sobre la pieza.
Emplear una lijadora rotorbital de órbita 3 mm o inferior para reducir los tiempos de pulido y minimizar las marcas circulares o “swirsl”.
3. Consejos para seguir durante el pulido y restauración de la superficie.
Asegurarse de tener una superficie limpia y seca. No realizar trabajos de pulido con la superficie caliente.
Evitar ciclos de trabajo largos que puedan sobrecalentar la superficie y el compuesto.
Encender y apagar la pulidora cuando esté completamente apoyada sobre la superficie.
Emplear las pastas de desbaste, con mayor poder de abrasión, sólo para eliminar arañazos muy profundos, pinturas muy deterioradas sin brillo o con marcas muy visibles.
Las marcas circulares o “swirls” son normalmente ligeras y para eliminarlas los pulimentos más habituales son las pastas intermedias.
Para eliminar ligeros hologramas o marcas muy suaves emplear directamente las pastas para abrillantar que apenas tienen partículas abrasivas y están formuladas para devolver el brillo original.
Aumentar de forma progresiva las revoluciones de trabajo de la pulidora. Empezar con bajas revoluciones para que el compuesto se extienda bien y aumentar la velocidad a continuación.
Emplear esponjas de pulir, en lugar de boinas de lana, para trabajar los defectos delicados.
Limpiar las boinas y esponjas con agua y agente limpiador para eliminar la suciedad acumulada, cuando comiencen a formar polvo o pegarse durante el pulido.
Las boinas de lana limpias y humedecidas deben secarse colocadas sobre el plato de la pulidora para evitar que se encojan y pierdan su forma.
Si durante la operación de pulido se producen salpicaduras del compuesto debemos asegurarnos de:
Encender la pulidora sólo cuando esté en contacto con la superficie.
Trabajar con revoluciones más bajas.
Aplicar una cantidad adecuada de pasta.
Trabajar con la pulidora completamente apoyada sobre la superficie.
Esparcir en varios puntos el compuesto de pulido, distribuir uniformemente y frotar la superficie con la pulidora parada.
Si la boina-esponja de pulir es nueva asegurarse que toda la superficie queda recubierta con el compuesto de pulido antes del primer uso, de manera uniforme, para evitar rayas imprevistas.
Por último, para asegurar un acabado uniforme seguir un patrón de movimientos durante el pulido. Se sugiere pasar sobre la superficie, siguiendo un entrecruzamiento de “Norte, Sur, Este, Oeste”, superponiendo cada pasada en un 50% del diámetro de la almohadilla.
4. Recomendaciones durante la limpieza final de la superficie.
Limpiar en línea recta la superficie pulida con una bayeta de microfibra. No hacer movimientos circulares para poder detectar de este modo las áreas que puedan requerir trabajo adicional.
No emplear la misma bayeta de limpieza para los diferentes compuestos.
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